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viernes, 25 de junio de 2010
Encadenados
Un día llegó un circo a un pequeño pueblo con un gran elefante. El triste animal entre acutación y actuación quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra, parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Algunos pensaban que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado, aunque después se preguntaban "si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?" lo cual se fue convirtiendo en un misterio para todo el pueblo.
Al cabo de unos días un niño se acerco para curiosear y un anciano que acompañaba al circo le dijo: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño". El chico cerró los ojos y se imaginó al pequeño recién nacido sujeto a la estaca,seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro y al que seguía... hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquélla impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... Jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré"
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Cata, que razón tienes, nos damos por vencidos y dejamos de luchar, y aceptamos sin siquiera intentarlo otra vez,. Me ha gustado tu historia. Besitos.
ResponderEliminarSabia reflexión...deberíamos borrar de nuestra memoria la palabra "no puedo", nos priva de hacer muchas cosas.
ResponderEliminarBesos.
NO PUEDO SIMPRE DEBERIA SER SUSTUIDO POR LO INTENTARE Y LO VOY A LOGRAR, BUEN TEXTO, BESOS
ResponderEliminarQue historia!
ResponderEliminarIntentarlo,creo que siempre hay que intentarlo.
Besos grandes
Hola Cata:
ResponderEliminarMagnifica reflexión, sobre el deseo de libertad y superación.
Besos,
Tessa
Tienes razón a veces somos nosotros mismos los que nos ponemos esas cadenas, los que nos limitamos la libertad, no como ese pobre elefante que poco puede hacer ante nuestra crueldad.
ResponderEliminarme encanta el nuevo diseño del blog el perrito es precioso
un beso y feliz fin de semana
:P
ResponderEliminarel nuevo perro esta de 10 y el fondo del mar
saludos
cuando puedas pasà por mi sitio que hay algo para vos.
ResponderEliminarBesos