No importa lo angosto que sea el camino,
ni lo cargada de penas que esté la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
Os suena...? Es una parte del poema que leía Mandela cuando estaba en prisión, es de William Ernets Henley. Me lo ha enviado otro luchador empedernido, me ha gustado y he querido compartirlo con vosotros.