El maestro narró a sus discípulos el siguiente relato:
- Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra, igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar.
¿Qué piensan ustedes de ese hombre? Preguntó el maestro
- Que es un necio -respondió uno de los discípulos- ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?
Dijo el maestro: - Eso es lo que hacen aquellos que cargan con las ofensas que otros le han hecho, de los agravios sufridos y viven pendientes de las opiniones ajenas.
Todo eso lo debemos dejar atrás y no cargar esas pesadas piedras. Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.
excelente reflexion
ResponderEliminarde 10
Muy buena reflexión.
ResponderEliminarMe quedé impresionada ayer estuve a punto de subir una imagen muy parecida.:)
Besos
Fantástica reflexión Cata. A veces llevamos demasiadas cargas para nada.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Muy buena la moraleja. A veces cargamos con demasiadas cosas y eso nos impide ser felices. Besitos.
ResponderEliminarHay que despojarse de los lastres, no nos llevan a nada bueno, no nos dejan ver las cosas buenas y mirar hacia delante
ResponderEliminarUn abrazo
Estaría bien que mantuviéramos la saca de las piedras alejadas de nuestro entorno, y a ser posible devueltas a su lugar. Nuestra vida sería sin duda mucho más relajada.
ResponderEliminarUn beso y buena semana Cata
Me parece muy acertada esta reflexión, tenemos tendencia a cargar piedras.
ResponderEliminarBesitos.
mejor ir liviano x la vida y disfrutar de ella ^^
ResponderEliminarCuanta razón en este bonito relato.
ResponderEliminarEncantado de volver por aquí, despues de tanto tiempo sin ver este blog veo un animal en la cabecera guapísima ¿ que raza es?.
Espero estar mas tiempo por el blog y gracias por tu comentario.
Un saludo.
Si hiciéramos caso de estos cuentos... todo sería más llevadero, aunque a veces no es tan fácil. Sí, cuanta razón!
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